lunes, 7 de mayo de 2012
Solo...
De pronto, el triste
vagabundo se reconocía difícilmente de entre la espesa neblina ávida de
redención, pero la extraña florista que inicio el camino con él ya no dibujaba
su hermosa silueta en la pared, quizás ebrio de rencor el hombrecillo tenia que
recurrir a aquellos recuerdos de inspiración artística ilimitada de la que algún
día gozo, para poder recorrer los pesarosos caminos que ahora solo el tenia que
superar. Nunca una lluvia mojo tan ardiente ni unos zapatos fueron tan pesados
nunca la soledad había sido tanto problema, no para él, espantado por el
aparente sin salida de aquella caligarica ciudad el hombrecillo grito
desgarrando el alma dentro de él, sirviéndole de inspiración a un tal Munch,
ahora le tocaba a él padecer la ceguera pero la inevitable diferencia es que no
tenía a nadie tomándolo de la mano guiándolo por la ciudad sin luz, "que
mal momento eligió para desvanecerse" pensaba el hombrecillo, "que
mal momento elegiste tu para quedarte ciego" el eco le respondió,
iluminado por sus memorias este pequeño vagabundo aun intenta escapar del
huesudo brazo que lo aprieta con fervor y aun lleva en sus manos aquella flor
que su extraña florista le obsequio.
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el gran Charles, siempre tan inspirador... buen relato, influenciado por supuesto por la gran Luces del ciudad... salu2...
ResponderEliminarJlo...
EliminarSi, ese buen Charles es el artista mas inspirador que conozco, por supuesto que el relato esta influenciado por la enorme "Luces de la Ciudad" y algunas experiencias recientes de un servidor, me alegra que te guste el relato :D
Saludos.