jueves, 21 de julio de 2011

ESCENA DE LA SEMANA...

La escena de esta semana la tomamos de la gran pelicula de Giuseppe Tornatore, "Cinema Paradiso", la brillante secuencia final, en donde "Toto" ve la sorpresa que su anciano amigo preparo para el...


Conmovedora y grandiosa secuencia que cerraria una de las obras maestras del cine "acual", gran trabajo de un gran director italiano, uno de los mejores finales de la historia...

martes, 19 de julio de 2011

5 obras imprescindibles de KENJI MIZOGUCHI




1.- La Historia del Ultimo Crisantemo (1939)

Ambientada en el fantastico mundo del teatro kabuki, es una historia conmovedora y muy bien lograda con esos ya caracteristicos y hermosos planos secuencia, no es una obra maestra, pero si es un gran film.



2.- Vida de O-Haru, Mujer Galante (1952)

Primera gran obra maestra en su filmografia, en donde dejando de lado el maravilloso trabajo tecnico, tiene como principal cualidad la historia, un viaje al terrible Japon feudal y sobre todo machista, en donde nuestra protagonista sufrira todo el film por su mas grande pecado, ser mujer.



3.- Cuentos de la Luna Palida (1953)

Un año despues, el gran Mizoguchi rodaria una de las mejores peliculas jamas hechas, una fabula fantasmagorica, bellisimamente filmada, que muestra con sobriedad los mas oscuros sentimientos humanos, la avaricia y el egoismo, una gran obra de arte.



4.- El Intendente Sansho (1954)

Con un final hermoso, esta obra maestra tan elegante y sabia resalta el ingrediente mas importante en la filmografia de Kenji, la mujer, basandose en la belleza inigualable de esta, el director siempre rodaba sus obras, simplemente brillante.



5.- Los Amantes Crucificados (1954)

Ese mismo año Mizoguchi filmaria un poema de amor clasico de el, en donde la tragedia siempre se imponia a la felicidad la cual parecia efimera en todos sus largometrajes, la fotografia en blanco y negro y la forma en que Kenji con su ritmo lento y sombrio capta la desgracia de sus personajes hacen de esta una de las glorias mas logradas en su filmografia.



lunes, 18 de julio de 2011

FRASE DE LA SEMANA...

La frase de la semana la tomamos del clasico de Kubrick, La Naranja Mecanica, cuando Alex y sus drugos entran a aun puente en donde un anciando ebrio esta tirado en el piso, antes de que empiecen a golpearlo el sujeto dice...



"¿A QUE CLASE DE MUNDO HEMOS LLEGADO?
LOS HOMBRES CONQUISTAN LA LUNA
DAN VUELTAS ALREDEDOR DE LA TIERRA
Y AQUI ABAJO NADIE SE PREOCUPA DE RESPETAR LA LEY Y EL ORDEN
"OH PATRIA QUERIDA YO MUERO POR TI, Y..."



Magnifica escena que comenzaba uno de los hitos en la historia del cine, la controversial obra maestra del genio de genios, Stanley Kubrick.


sábado, 16 de julio de 2011

Acostado en mi cama... viendo tu foto.



-¿Como estas princesa?

- (sin respuesta)

-Que bueno amor mio, yo tuve un buen dia, es decir que dia podria ser malo pensando en ti.

-(sin respuesta)

-Nada especial, solo imaginando como seria poder tener la dicha de mostrarme ante ti, asi como soy por las noches refugiado en el silencio de la oscuridad, sentir, aunque sea por una sola vez, mi mano deslizandose por tu hombro, sintiendo cada imperfeccion de tu piel, cada arruga, cada poro, todo perfectamente acomodado para dar vida a la belleza, una belleza solo comparable con el mas puro de los sentimientos,

-(sin respuesta)

-Si, lo se, a veces puedo ser el mas cursi de los tontos, pero esta es la parte mas sincera de mi, y te la he regalado noche tras noche desde hace ya algun tiempo, imaginando pateticamente que respondes.

-(sin respuesta)

-A veces me pregunto si no me cansare algun dia de este ritual en el que se han convertido nuestras platicas nocturnas, si en algun momento simplemente te olvidare... o si en algun momento escucharas de alguna manera todo lo que nunca te diria mirandote al corazon, que has despertado en mi algo hermoso pero insanamente imposible... desquisiantemente imposible.

-(sin respuesta)

-Es triste el darse cuenta que el climax de tu dia es esperar a que llegue la noche para contarle a una foto lo que has hecho y esperar inquieto y desesperado al fin oir aunque sea un susurro, aunque sea un simple sonido producido por tu boca, solo uno, solo uno........

-(sin respuesta)

Por hoy mi masoquismo ya no da para mas... el sueño me ha vencido, y siento como poco a poco entro al mundo del onirismo con cada parpadear,  hasta mañana, te vere aqui, en el mismo lugar de siempre, "no faltes".

-(...)

-¿eh...?..........

jueves, 14 de julio de 2011

El suspenso segun Hitchcock...

Un delicioso fragmento sacado del fabuloso libro de François Truffaut, "El cine segun Hitchcock"... Enjoy it.

"François Truffaut: Evidentemente la escena mas bella de "Sabotage" es la de la comida, hacia el final de la pelicula, despues de la explosion de la bomba que ha causado la muerte del niño, cuando Sylvia Sydney toma la decision de matar a Oscar Homolka, hay muchos detalles que son alusiones al niño muerto y, al final, cuando ella apuñala a su marido, no es tanto como un asesinato como un siucidio, Oscar Homolka se deja matar por Sylvia Sydney, y esta, al mismo tiempo que lo apuñala, da pequeños gritos suaves y lastimeros, es admirable... Es la misma idea de la muerte de <<Carmen>> de Merimee."

"Alfred Hitchcock: Todo el problema residia en que era preciso que la simpatia del publico estuviese de parte de Sylvia Sydney, era preciso que la muerte de Verloc no fuese mas que un accidente y, para ello, era absolutamente necesario que el publico se identificara con Sylvia Sydney. En este caso concreto no se pide al publico que tenga miedo, sino, francamente, que tenga ganas de matar, y esto es mas dificil. Procedi de esta manera:

Cuando Sylvia Sydney lleva el plato de verdura a la mesa, esta realmente obsesionada por el cuchillo, como si su mano fuese a cogerlo independientemente de su voluntad. La camara encuadra su mano, luego sus ojos, luego la mano y una vez mas los ojos hasta el momento en que su mirada, bruscamente, adquiere conciencia de lo que significa el cuchillo. En este instante, pongo un plano completamente vulgar que muestra a Verloc comiendo su guiso, distraidamente, como todos los dias, Despues vuelvo a la mano y al cuchillo.
La mala manera de proceder habria consistido en pedir a Sylvia que explicara al publico mediante juegos de fisonomia todo lo que pasa en su fuero interno, pero a mi no me gusta eso. En realidad, la gente no lleva sus sentimientos impresos en el rostro: soy un director y trato de exponer al publico el estado de animo de esta mujer mediante los simples medios del cine.
Ahora, la camara encuadra a Verloc, despues va hacia el cuchillo y de nuevo hacia Verloc, hacia su rostro. De repente, se comprende que el advierte el cuchillo y comprende lo que este cuchillo significa para el. El suspense entre los dos personajes esta creado, y entre ellos se halla el cuchillo.
En ese momento, gracias a la camara, el publico forma parte de la escena y es preciso sobre todo que la camara no se haga bruscamente distante y objetiva, so pena de destruir la emocion que se ha creado. Verloc se levanta y rodea la mesa, pero, al hacerlo, va directamente hacia la camara, de manera que se establezca en la sala la sensacion de que hay que retroceder para hacerle sitio; si esto esta logrado, instintivamente el espectador debe retroceder ligeramente en su butaca para dejar pasar a Verloc delante de el; cuando Verloc ha pasado ante nosotros, la camra se desliza de nuevo hacia Sylvia Sydney y vuelve al objeto principal, el cuchillo. Y la escena prosigue, como sabe usted, hasta el asesinato.
El primer trabajo es crear la emocion y el segundo trabajo es preservarla.
Cuando se construye una pelicula de esta manera, no es necesario recurrir a actores virtuosos que alcancen efectos y momentos de alta tension por sus propios medios o que actuen directamente sobre el publico por el poder de sus dones y de su personalidad. En mi opinion en una pelicula el actor debe ser mucho mas flexible y en realidad no debe hacer absolutamente nada. Debe tener una actitud tranquila y natural -lo que, por otra parte no es tan facil como parece- y debe aceptar ser utilizado y completamente integrado a la pelicula por el director y la camara, Debe dejar a la camara el cuidado de encontrar los mejores acentos y los mejores puntos culminantes."    


          

miércoles, 13 de julio de 2011

¿Que esperar de Django Unchained?


Es un hecho que el proximo trabajo de Quentin Tarantino sera un Western, "Django Unchained" sera el titulo de este film que ya esta mojando pantaletas por ahi (entre ellas la mia), pero, ¿Que debemos esperar de un western dirigido por uno de los cineastas mas brillantes de la actualidad?, para empezar, la sorpresa seria que no rodara un western, no que lo vaya a rodar, he leido en internet, en algunos blogs de cine, que mencionan sentirse sorprendidos por la noticia, lo cual no deberia, Tarantino siempre ha sido un fiel del Western, ha mencionado en algunas ocaciones que su pelicula favorita de todos los tiempos es "El bueno, El malo y El feo" un Spaghetti Western el cual fue filmado por uno de sus "adorados" Sergio Leone y a lo largo de su filmografia podemos notar la influencia que ha adquirido de este buen director italiano, asi como algunos giños (Erase una vez en america = Erase una vez en la francia ocupada por los nazis), asi que un western filmado por él era solo cuestion de tiempo, por otro lado el Western se ha caracterizado por ser un genero bastante "duro" por decirlo de alguna manera (solo el western puro, los spaghettis son mas ligeros), asi que podemos estar seguros de que correran litros y litros de sangre falsa en el celuloide.


La historia al parecer girara en torno a un esclavo que al ser entrenado por un cazarecompensas se embarcara junto con este en la mision de rescatar a su esposa, aun esclavizada por un tirano feudal... "Django Unchained" es presuntamente un pseudo-remake de "Sukiyaki Western Django" un pelicula japonesa que a su vez es remake de la original Django, pelicula italiana remake de "Por un Puñado de Dolares" otra pelicula italiana filmada por Leone, inspirada en "Yojimbo", obra maestra de Akira Kurosawa (¿enredado no?), aunque seguramente el film de Tarantino tendra claras diferencias en cuanto a ritmo y narrativa, a pesar de ser un pseudo-remake de un remake de un remake de un remake de la genial Yojimbo...... acerca del reparto, se han barajeado algunas posibilidades, como Will Smith en el protagonico, lo cual me pareceria un acierto mas de eleccion de actores por parte de Quentin, ya que Will ha sorprendido con su actuacion en producciones como "Soy Leyenda" y "En Busca de la Felicidad", aunque esta opcion ya ha sido descartada y parece ser que Jamie Fox se ha quedado con el protagonico, lo cual me mantiene expectante aunque confiado en la capacidad de Tarantino en sacar lo mejor de sus actores (John Travolta, Pam Grier, Uma Thurman, David Carradine, Brad Pitt, etc, etc...) otra posibilidad que parece ser un hecho es Leonardo Di'Caprio como el villano del film, ¿Que podemos decir?, Leo a travez del tiempo se ha convertido en uno de los mejores actores Hollywoodenses de la actualidad, en gran medida desde que se encontro en el camino con Martin Scorsese, el que ya es una realidad es Christopher Waltz (cazarecompensas), asi es, el brillante actor quien encarnara al Cazador de Judios en la fabulosa "Bastardos sin Gloria" estara una vez mas compartiendo creditos con Quentin, sera una delicia volver a ver a este exelente actor derramando clase en la pantalla.


El western es un genero olvidado en un polvoso rincon del mundo cinematografico, no se si Quentin hara una obra maestra como lo fueron "Reservior Dogs" o "Pulp Fiction" pero de lo que estoy completamente seguro es que va a revolucionar el genero y lo volvera a poner en la mira de los grandes productores Hollywoodenses, como en su momento con las peliculas ya antes mencionadas revoluciono el genero policiaco, "Django Unchained" sera un film lleno de guiños al cine de Leone, lleno de musica de Morricone, y lleno de esas escenas maravillosas de charlas interminables y de juegos de poker terminando con una balacera o un duelo a la mexicana (clasico del director), sin duda la pelicula mas esperada para el 2012, "podemos comenzar a chuparnos las pollas"


lunes, 11 de julio de 2011

5 obras imprescindibles de FRITZ LANG




1.- Metropolis (1927)

Magnifica primera gran obra maestra en la filmografia de Fritz, con esta bellisima distopia futurista, el director alcanzo una de las cimas del cine silente, magnifica muestra del exprecionismo aleman.



2.- M (1931)

Brillante y portentosa obra maestra del genio Aleman, la cual, marco la pauta de como darle la personalidad  a un psicopata, sin sangre o mutilaciones, la primera obra maestra del sonoro.



3.- Perversidad (1945)

Magnifica pieza de cine negro, una critica debastadora a la condicion humana, en donde la fotografia juega un papel importantisimo para darle al film esa aura opresiva maravillosa que lo acompaña durante todo el metraje.



4.- Los Sobornados (1953)

Con esta pelicula Fritz Lang se convertiria en el maestro del cine negro (mas que el sobrevalorado Howard Hawks), en donde ademas revoluciona el genero, usando a un Hombre fatal en lugar de la ya tradicional Femme Fatale, una obra maestra.



5.- El Tigre de Esnapur (1959)

Ya en el ocaso de su carrera y en el cine a color, Lang nos regalaria su ultima gran obra de arte, rodada en Technicolor, este hermoso film no solo es una historia de amor y aventuras, es quizas el trabajo mas ambicioso de Fritz, ademas de muy atrevido para la epoca, una obra maestra insuperable.


sábado, 9 de julio de 2011

ESCENA DE LA SEMANA...

Esta semana la pelicula de la que sacamos nuestra escena es la brillante cinta neorreal de Vittorio de Sica, El Ladron de Bicicletas, la ya mitica secuencia final, cuando nuestro protagonista se ve en aquel dilema moral, entre robar como apenas unas horas antes le habian robado a el, o morir de hambre el y su familia.


Una emotiva y desoladora escena en donde podemos ver en su maxima exprecion, el cine que mas le gustaba a Sica, el de las injusticias y de las desgracias humanas, una de las cumbres del cine italiano de todos los tiempos.

jueves, 7 de julio de 2011

Encuentro de Titanes (1).

¿Cual habra sido su charla?,... Ran, Andrei Rublev, Vivir, Sacrificio, 7 Samurais o Stalker, ¿De que obra maestra habran discutido?... Andrei Tarkovsky y Akira Kurosawa, dos inigualables estetas del arte, dos mentes brillantes que han rodado los mejores films de la historia, uno ruso y el otro japones,... no tengo ni idea de su platica, lo unico que se es que hubiera dado lo que fuera por estar ahi y escuchar a dos de los mas grandes genios que han existido, discutiendo acerca del arte mas hermoso que existe,... el cine.



miércoles, 6 de julio de 2011

FRASE DE LA SEMANA...

La frase de esta semana es de una de las obras maestras de Akira Kurosawa, me refiero a Ran, al inicio del film, cuando el poderoso señor feudal Hidetora les hereda a sus tres hijos su reino, dejando al mayor Taro como el nuevo Rey, al estar su hijo pequeño en desacuerdo este dice.


"UNA UNICA FLECHA ES QUEBRADA FACILMENTE
PERO TRES JUNTAS NO
SIEMPRE QUE TARO ESTE EN DIFICULTADES
SI UNIERAN SUS FUERZAS
EL REINO DE LOS ICHIMONJI
ESTARA SEGURO"


Maravillosa escena, en donde uno se puede ligeramente dar cuenta del genio maravilloso que Akira Kurosawa tenia, una de sus obras cumbre la insuperable Ran


Wall-E


Ayer por la noche, con un dolor insoportable en todo mi cuerpo, al fin me decidi a ver esta produccion de la siempre confiable "Pixar", debo aceptar que no me hacia mucha gracia el ver el remake de ET animado (eso pensaba yo por el nombre del robot y por la forma fisica de este), pero una vez comenzando, la fabulosa trama llena de valores y de advertencias sin intenciones moralistas y la ya clasica y maravillosa forma en que la productora de peliculas animadas mas importante realiza sus trabajos me atrapo completamente y en mi humilde opinon esta maravilla es la obra maestra de los estudios Pixar hasta ahora (si, si, sobre mi adorada Toy Story 3)


La pelicula tiene muchas lecturas e influencias (algo ya clasico en Pixar), tantas que seguramente no las he podido apreciar todas en solo un visionado, El temor a la soledad, lo peligroso de los monopolios y del consumismo globalizado (clara critica a Coca-Cola y Mc'Donalds) asi como la mas obvia de todas, como un sabio compositor dijo, "Todo lo que necesitas, es amor".


La trama nos situa en una tierra debastada, y llena de basura y contaminacion, en donde el unico habitante parece ser Wall-E, un robot creado con la unica tarea de acumular la basura que los humanos de hace mas de 7000 decadas han dejado en la tierra, solitario y curioso el protagonista de nuestra historia conoce a Eva, un sofisticado y reluciente robot con una mision sin revelar, los primeros 40 o 50 minutos en donde pareciera ser una pelicula de animacion completamente muda son un poema, una verdadera obra maestra de la cinematografia de animacion y mundial, despues cuando la pelicula sobrepasa la hora de metraje la accion se vuelve mas rapida y emocionante, con unos efectos hermosos y cautivantes, todo esto engalanado por una hermosa historia de amor entre dos robots.


Si bien todo lo anterior me parece fabuloso, lo que sin lugar a dudas disfrute mas, fue la clara influencia que recibe el film de 2001: Una odisea del espacio, practicamente podria ser una secuela en cuanto a las advertencias que Kubrick buscaba en su brillante film, acerca de dejar que la tecnologia se encargue de todo a nuestro alrededor y tambien la clara referencia a la evolucion, tal y como Kubrick la concibio,... no me digan que el villano no les recuerda a Hal 9000.

Wall-E es una pelicula con muchos mensajes interesantes y con unos guiños cinefilos deliciosos, que seguramente haran de ella una experiencia muy satisfactoria para el publico mayor, pero lo mas importante de todo, es un film divertidisimo, con un ritmo vertiginoso de la primera hora en adelante, caracteristica que seguramente disfrutaran al maximo los niños, el publico al que finalmente va dirigida la pelicula, en resumen creo fielmente que Wall-E no solo es la mejor y mas espectacular pelicula de Disney Pixar, creo sin temor a equivocarme, que es la mejor pelicula de animacion de la historia, por encima de Toy Story, y las maravillas de Hayao Miyazaki.




martes, 5 de julio de 2011

Las 10 mejores peliculas de la Historia...

La ultima lista se la dedico a las que para mi son las 10 mejores peliculas de la historia (seguramente en un mes no pensare lo mismo),... hacer una lista de solo 10, significa que se pueden hacer otras 200 con el mismo valor artistico y con la misma belleza visual, estetica y de contenido,  una lista completamente de mi gusto, y aunque toda ella es discutible, tambien toda ella tiene el valor para estar, enjoy it.


10.- La Pasion de Juana de Arco de Carl Dreyer (1928)

Obra maestra del Danes Dreyer, quizas los Close-up mas perfectos y bellos de la historia del cine y en mi opinion la interpretacion femenina mas elocuente que se ha hecho, tener en cuenta que es cine mudo.




9.- Andrei Rublev de Andrei Tarkovsky (1966)

La monumental obra maestra del genio Ruso, brillante y hermoso retrato del arte de la edad media, Tarkovsky creo con este film un hito en el cine europeo y mundial, hipnotica y bella obra de arte.




8.- El Acorazado Potemkin de Sergei Eisenstein (1925)

Muchos diran que no sobrevivio al paso del tiempo, para mi no solo es la obra maestra del cine sovietico, es (como lo propongo en esta lista) una de las obras mas hermosas, no solo del cine, del arte en general.




7.- 8 1/2 de Federico Fellini (1963)

Obra absoluta del mejor director italiano de la historia, quien empleandose a fondo logra algunas de la sescenas mas brillantes en la historia del celuloide, un film oscuro y deprimente envuelto en la picaresca burgesia de la farandula cinematografica.




6.- Amanecer de Friedrich Murnau (1927)

Hermoso poema de amor, que aunque no tiene como su mejor virtud el guion (mutilado y transformado por Hollywood) si es una muestra de lo genial y brillante que fue este Aleman, recordar que no es su obra maestra.




5.- Luces de la Ciudad de Charles Chaplin (1931)

La Estupenda Obra maestra de Chaplin, la pelicula mas sentimental de toda la historia, alguien alguna vez dijo que en el cine mudo no se podia transmitir nada mas que la risa, con Luces de la Ciudad Chaplin dio una bofetada con guante blanco a los retractores del silente. 




4.- 2001: Una Odisea del Espacio de Stanley Kubrick (1968)

Obra maestra de uno de los mas grandes genios que ha dado el cine, una perfecta reflexion acerca de la evolucion de la especie, en donde Kubrick expone todo, pero inteligentemente, no explica nada, obra maestra absoluta.




3.- Ciudadano Kane de Orson Welles (1941)

Quizas, el genio mas deslumbrante que ha dado el arte cinematografico, aunque no pudo brillar con todo su esplendor por las restricciones que Hollywood le dio toda su carrera, de cualquier manera Orson rodo una de las peliculas mas brillantes de la historia, su fenomenal opera prima




2.- 7 Samurais de Akira Kurosawa (1954)

Abrumadora refelxion sobre los valores y la moral, con este enorme film, Kurosawa se confirmaba como una de las mentes mas geniales en el mundo cinematografico, los ultimos 20 minutos de este film son catedra de lo que significa ser director de cine, un grande Akira Kurosawa.




1.- El Ultimo de los Hombres de Friedrich Murnau (1924)

La mas discutible de la lista, claro esta, pero tambien esta claro que es una de las maximas obras maestras de la historia, revolucionando todo lo que se conocia de cine hasta el momento, "El Ultimo" como tambien se le llama, tiene una especie de magia, creada por el que para mi es el mejor director de siempre, Murnau, ya lo decia el mismo, "El film perfecto es mudo, y no tiene rotulos".



10 films, 10 obras maestras, todas discutibles, todas con meritos para estar..


domingo, 3 de julio de 2011

5 obras imprescindibles de ALFRED HITCHCOCK




1.- Rebeca (1940)

Una obra portentosa que te atrapa desde los primeros quince minutos de metraje, Alfred crea en esta, una de sus obras mayores un personaje unico, un personaje memorable, que no se ve, no se oye, pero que esta presente en cada minuto del film, una obra maestra indiscutible.



2.- La Ventana Indiscreta (1954)

Nunca el talento de Hitchcock para contar historias se habia hecho mas evidente que en esta obra maestra de la intriga y el suspenso, ningun otro film tiene la calidad narrativa que tiene La ventana de Alfred, no por nada se le considera por muchos como la maxima obra del director.



3.- Vertigo (1958)

En mi opinion la obra definitiva de Hitchcock, el film mas oscuro y perturbador del maestro del suspense, una de las mejores y mas brillantes peliculas norteamericanas de toda la historia, la cima en la filmografia de uno de los mas grandes.



4.- Con la Muerte en los Talones (1959)

Con una puesta en escena maravillosa Hitchcock nos sumerge en este inverosimil pero brillantisimo largometraje de espionaje, ver Con la Muerte en los Talones significa dejar a un lado tus escepticismos y dejarte llevar por la accion de una obra maestra.



5.- Psicosis (1960)

La obra maestra mas conocida de Alfred, una sorprendente historia que destaca no solo por la narrativa, tambien lo hace por su belleza estetica casi perfecta, ningun plano de Psicosis tiene desperdicio y claro, algunas de las escenas mas memorables de la historia del cine, una soberbia obra maestra que comenzaba el ocaso de uno de los mejores directores que han existido.



viernes, 1 de julio de 2011

El nacimiento de la estrella mas brillante en el firmamento del celuloide.

Una fascinante lectura tomada de la autobiografia del gran Chaplin, en donde describe como nacio su obra maestra, la insuperable "Luces de la Ciudad", en dias del indestructible tirano despiadado, el cine sonoro... enjoy it.


"Estando en Nueva York, me dijo un amigo que había presenciado la sincronización del sonido en las películas y predijo que en breve aquello revolucionaría toda la industria cinematográfica.

No volví a pensar en ello hasta unos meses más tarde, cuando la Warner Brothers produjo su primera secuencia hablada. Era una película de época, en la que se veía a una actriz encantadora, cuyo nombre no mencionaré, expresando en silencio una gran emoción, motivada por una tremenda pena, con unos ojazos conmovedores, expresando una angustia que sobrepasaba la elocuencia de Shakespeare. De repente un nuevo elemento intervenía en la película: el ruido que se oye cuando uno se coloca un caracol marino en la oreja. Luego, la encantadora princesa habló como si lo hiciera a través de la arena: «Me casaré con Gregory, aunque tenga que renunciar al trono.» Era una impresión terrible, pues hasta entonces la princesa había hechizado nuestro espíritu. A medida que avanzó la película el diálogo se hizo más divertido, pero no tanto como los efectos sonoros. Cuando el picaporte de la puerta del boudoir giró pensé que alguien había puesto en marcha la manivela de un tractor, y cuando la puerta se cerró hizo un ruido semejante al choque de dos camiones cargados de troncos. Al principio no se sabía nada respecto del control del sonido. Un caballero andante con armadura chirriaba en una forma semejante al ruido de una serrería; una simple cena familiar armaba un alboroto parecido al de la hora punta en un restaurante barato, y echar agua en un vaso producía una escala peculiar que alcanzaba en el teclado hasta el do sobreagudo. Salí de la sala convencido de que los días del sonoro estaban contados.

Pero un mes después la M.G.M. produjo 'The Broadway Melody (La melodía de Broadway)', película de largometraje, sonora, musical, y aunque no era buena, obtuvo un estupendo éxito de taquilla. Así es cómo empezó; de la noche a la mañana todas las salas empezaron a instalar equipos para el cine sonoro. Este fue el ocaso del cine mudo. Fue una pena, porque empezaba a mejorar. Murnau, el director alemán, había utilizado aquel medio con eficacia, y algunos de nuestros directores americanos empezaban a hacer lo mismo. Una buena película muda ofrecía un atractivo universal, tanto para los intelectuales como para la masa. Ahora todo se iba a perder.

 

Pero yo estaba decidido a seguir haciendo películas mudas, porque creía que había sitio para toda clase de diversiones. Además, yo era fundamentalmente mímico, y en este género resultaba único y, sin falsa modestia, un maestro. Por tanto, continué mi producción con otra película muda, 'City Lights (Luces de la ciudad)'.
Partía de la historia de un payaso que a causa de un accidente de circo ha perdido la vista. Tiene una hijita, una niña enferma y nerviosa, y cuando vuelve del hospital el médico le advierte que debe ocultar su ceguera a su hija hasta que esté bien y se encuentre lo suficientemente fuerte para comprender, pues la impresión puede ser excesiva para ella. Sus tropezones y porrazos con las cosas hacen que la niña se ría alegremente. Pero esto era demasiado «pueril». Sin embargo se trasladó la ceguera del payaso a la florista de 'Luces de la ciudad'.


El argumento secundario estaba basado en una idea que había yo estado acariciando desde hacía años: dos miembros de un club de ricos, discutiendo la inestabilidad de la conciencia humana, deciden hacer un experimento con un vagabundo que encuentran dormido en el malecón. Le llevan a su regio apartamento y le prodigan el vino, las mujeres y las canciones, y cuando se desploma, borracho, y se queda dormido, lo vuelven a llevar adonde lo encontraron. Y él se despierta pensando que todo ha sido un sueño. De esta idea salió la historia del millonario de 'Luces de la ciudad', que protege al vagabundo cuando está borracho y lo desconoce cuando está sobrio. Este tema motiva el argumento y hace posible que el vagabundo pueda simular que es rico ante la ciega.




Después del trabajo de un día en 'Luces de la ciudad' solía yo ir al estudio de Doug a tomar un baño de vapor. Muchos de sus amigos actores, productores y directores se reunían allí y permanecíamos bebiendo nuestros gin-tonics, cotilleando y discutiendo acerca de las películas habladas. El hecho de que estuviera yo rodando otra película muda sorprendió a la mayoría de ellos.
—Tienes mucho valor —me dijeron.
Antes mi trabajo despertaba generalmente interés entre los productores. Pero ahora estaban demasiado preocupados por el éxito de las películas habladas, y a medida que fue transcurriendo el tiempo empecé a sentirme excluido de las cosas; sospecho que se me había consentido demasiado.
Joe Schenck, que había expresado públicamente su desagrado por las películas habladas, se mostraba ahora conquistado por ellas.
—Me temo, Charlie, que van a perdurar— y exponía la tesis de que sólo Chaplin podía hacer una película muda que tuviera éxito.

Esto era lisonjero, pero no muy consolador, pues yo no quería ser el único en practicar el arte del cine mudo. Tampoco fue tranquilizador leer los artículos de las revistas expresando dudas y temores por el futuro de la carrera cinematográfica de Charlie Chaplin. Sin embargo, 'Luces de la ciudad' era una película muda ideal, y nada pudo hacerme desistir de realizarla. Pero me encontré ante varios problemas. Desde el advenimiento de las películas sonoras, que se remontaba ya a tres años, los actores habían olvidado casi el arte de gesticular. Toda su preocupación se centraba en la palabra y no en la acción. Otra dificultad consistía en encontrar una muchacha que pudiera parecer ciega, sin que eso fuera en detrimento de su belleza. La mayoría de las aspirantes miraban hacia arriba, poniendo en blanco los ojos, lo que resultaba demasiado angustioso. Sin embargo, la suerte vino a mis manos. Un día vi actuar a una compañía de circo en la playa de Santa Mónica. Había muchas chicas bonitas en traje de baño. Una me saludó con la mano. Era Virginia Cherrill, con quien ya me había encontrado en alguna otra ocasión.
—¿Cuándo voy a trabajar para usted?— me dijo.




Su bien moldeada figura, con un traje de baño azul, no hacía pensar que ella pudiera interpretar un papel tan espiritual como el de la muchacha ciega. Pero después de realizar una o dos pruebas con otras actrices, desesperado, la llamé. Ante mi sorpresa, tenía la facultad de parecer ciega. Le di instrucciones para que me mirase, pero haciéndolo interiormente, como si no me viese, y logró hacerlo. La señorita Cherrill era bella y fotogénica, pero tenía poca experiencia como actriz. A veces esto es una ventaja, especialmente en las películas mudas, donde la técnica es de una importancia primordial. Las actrices con experiencia están a veces demasiado apegadas a sus hábitos, y en la pantomima la técnica del movimiento es tan mecánica que les molesta. Las que tienen menos experiencia son más aptas para adaptarse a esta mecánica.




Había una escena en la que el vagabundo sortea un atasco del tráfico pasando por dentro de un coche y saliendo por la otra portezuela a la acera de enfrente. Cuando cierra la puerta la florista ciega lo oye y le ofrece sus flores, creyendo que es el dueño del coche. Con su última media corona el vagabundo compra una flor para el ojal. Sin querer, tira la flor al tropezar en la mano de la florista y la flor cae a la acera. Apoyada sobre una rodilla, la muchacha busca a tientas la flor. El vagabundo la recoge con impaciencia, se la pone y mira a la florista con gesto incrédulo. Pero de pronto se da cuenta de que ella no ve, pasa la flor ante sus ojos, y al confirmar que es ciega, la ayuda a levantarse.


Toda la escena duraba setenta segundos, pero se repitió cinco días seguidos, hasta que quedó sin defecto. No fue culpa de la muchacha; en parte fue culpa mía, pues trabajaba yo en un estado de ánimo casi neurótico, queriendo que todo saliera perfecto. Tardé más de un año en rodar 'Luces de la ciudad'.

Durante su rodaje se produjo el famoso crac de Wall Street. Afortunadamente, a mí no me afectó, porque había leído "Social credit", del mayor H. Douglas, que analizaba y hacía un diagrama de nuestro sistema económico, afirmando que, fundamentalmente, todos los beneficios provenían de los salarios. Por tanto, el paro significaba pérdida de beneficios y la disminución del capital. Me dejó tan impresionado esta teoría, que en 1928, cuando el número de parados llegó en los Estados Unidos a alcanzar la cifra de catorce millones, vendí todas mis acciones y obligaciones y guardé mí capital en metálico.

La noche anterior al crac cené con Irving Berlin, que estaba pletórico de optimismo respecto a la Bolsa. Dijo que una camarera que servía en el sitio donde él comía había ganado cuarenta mil dólares en menos de un año, doblando sus inversiones. Él mismo tenía un paquete de acciones de varios millones de dólares, que le producía más de un millón de beneficios. Me preguntó si jugaba yo a la Bolsa. Le dije que no podía creer en las acciones habiendo catorce millones de parados. Cuando le aconsejé que vendiera sus acciones y se mantuviese al margen mientras obtuviera algún beneficio, se indignó. Tuvimos casi una discusión.
—¡Usted no tiene confianza en América!— dijo, y me acusó de ser muy poco patriota.

Al día siguiente la Bolsa bajó cincuenta enteros y la fortuna de Irving desapareció. Un par de días después vino a mi estudio aturdido y disculpándose y quiso saber dónde había obtenido mi información.

Por fin quedó terminada 'Luces de la ciudad'; sólo faltaba grabar la música. Una ventaja del cine sonoro era que yo podía controlar la música; de modo que compuse mí propia música.
Intentaba hacer una música elegante y romántica para acompañar mis comedias, en contraste con el carácter del vagabundo, pues una música elegante daba a mis películas una dimensión emocional. Los adaptadores musicales raras veces comprendían esto. Querían que la música fuera alegre. Pero les expliqué que no quería competencia, que exigía que la música fuera un contrapunto de gracia y encanto para expresar el sentimiento, sin el cual, como dice Hazlitt, una obra de arte es incompleta. A veces un músico se ponía a pontificar conmigo y hablaba de los intervalos limitados de la escala cromática y de la escala diatónica; yo le cortaba con una observación de profano:
—Lo importante es la melodía; el resto es simple acompañamiento.
Después de poner música a una o dos películas empecé a considerar la partitura de un director de orquesta con ojos de profesional y a saber si una composición estaba superorquestada o no. Si veía muchas notas en los instrumentos de metal y en los de madera, decía: «Está demasiado negro en el metal», o «demasiado recargado en la madera.»
Nada es tan divertido y excitante como escuchar las melodías que uno ha compuesto interpretadas por primera vez por una orquesta de cincuenta profesores.




Cuando estuvo, por fin, sincronizada 'Luces de la ciudad', me sentí ansioso por conocer su suerte. Así, pues, sin previo aviso, organizamos una sesión previa en un teatro de la parte baja de la ciudad.
Fue una experiencia atroz, porque nuestra película se proyectó sobre la pantalla en un local medio vacío. El público había venido a ver un drama y no una comedia, y no salieron de su asombro hasta la mitad de la película. Hubo risas, pero débiles. Y antes de que la película se terminara, vi en la semioscuridad figuras que se dirigían hacía la salida. Di un codazo a mi ayudante de dirección:
—Están marchándose.
—Puede que vayan a los servicios— murmuró.
Después de aquello ya no pude concentrarme en la película, sino que esperé a ver si los que se habían ido por el pasillo volvían. Después de unos minutos murmuré:
—No vuelven.
—Es hora de salida de trenes. Algunos tendrán que tomarlos— me replicó.
Salí del teatro con la impresión de que se había tirado a la calle el trabajo de dos años y dos millones de dólares. Cuando salía del teatro, el encargado, que estaba en el vestíbulo, me felicitó:
—Es muy buena— me dijo, sonriendo, y como un segundo cumplido, añadió—: Ahora quisiera verle hacer una película hablada, Charlie; es lo que está esperando el mundo entero.
Intenté sonreír. Nuestro equipo ya había salido de la sala y esperaba, agrupado, en la acera. Me reuní con ellos. Reeves, mi administrador, siempre serio, me felicitó con cierto temblor en la voz:
—Ha resultado bastante bien, creo yo, teniendo en cuenta...
Estas últimas palabras revelaban una ominosa reserva; pero yo moví la cabeza con gesto confiado:
—Con un local lleno resultará estupenda; claro es que necesita un corte o dos— añadí.

Entonces me vino a la imaginación como un rayo devastador el poco tranquilizador pensamiento de que todavía no habíamos intentado vender la película. Pero no me sentí demasiado preocupado por eso, pues la fama de mi nombre era todavía taquillera, o al menos eso esperaba. Joe Schenck, nuestro presidente de la United Artísts, me advirtió que los distribuidores no estaban dispuestos a concederme las mismas condiciones que me asignaron en 'La quimera del oro', y que los grandes circuitos se mantenían distantes y habían adoptado la actitud de esperar para ver cómo se desarrollaban las cosas. Anteriormente los distribuidores habían mostrado siempre un gran interés por cada nueva película mía. Ahora su interés era sólo tibio. Además, surgieron dificultades para obtener un local donde proyectar ]a película en Nueva York. Me dijeron que todas las salas de proyección de Nueva York estaban comprometidas. Por tanto, debía esperar mi turno.
La única sala disponible en Nueva York era el teatro de George M. Cohan, con una capacidad de mil ciento cincuenta asientos. Estaba algo alejado y se consideraba un local nefasto. No era ni siquiera un cine. Me alquilaban las cuatro paredes por siete mil dólares a la semana, garantizando un arrendamiento durante ocho semanas, y yo tendría que encargarme de todo lo demás: administrador, taquilleras, acomodadores, encargados de la proyección y tramoyistas, así como los gastos de anuncios luminosos y de publicidad. Como estaba monetariamente comprometido por la suma de dos millones y había arriesgado mi propio dinero en ello, podía correr el albur completo y alquilar el teatro.

Entretanto, Reeves había ultimado un trato en Los Angeles para efectuar el estreno en un teatro nuevo, que acababan de construir. Como los Einstein estaban allí todavía, expresaron el deseo de ir al estreno, aunque creo que no se dieron cuenta de lo que hacían. Antes del estreno cenaron en mi casa y luego todos nos trasladamos a la parte baja de la ciudad. La calle principal estaba atestada de público en varias manzanas. Coches de la policía y ambulancias intentaban pasar entre la multitud, que se había apiñado, rompiendo las lunas de escaparates próximos al teatro. Con ayuda de un escuadrón de policía, fuimos impulsados dentro del foyer. Detesto las noches de estreno: la tensión que se siente, la mezcla de perfumes, almizcle y rimmel produce un efecto nauseabundo y destroza los nervios.
El propietario había construido un magnífico teatro; pero, como muchos empresarios de aquella época, tenía escasos conocimientos sobre la presentación de las películas. La película empezó. Se proyectaron los créditos, con el aplauso corriente de las noches de estreno. Luego, por fin, llegó la primera escena. Mi corazón latió aceleradamente. Era una escena cómica, con el descubrimiento de una estatua. ¡El público empezó a reír! La risa se convirtió en oleadas ruidosas. ¡Los había ganado! Todas mis dudas y temores empezaron a desvanecerse. Sentí deseos de llorar. Durante tres rollos estuvieron riendo. Nervioso y excitado, reí con ellos.


Luego sucedió algo increíble. ¡De repente, en medio de las risas, dejó de proyectarse la película! Las luces de la sala se encendieron y una voz anunció por un altavoz: «Antes de seguir proyectando esta maravillosa comedia quisiéramos que nos concedieran ustedes cinco minutos de su tiempo para hacerles admirar los méritos de este nuevo local.» No podía creer lo que oía. Me puse como loco. Salté de mí asiento y salí corriendo por el pasillo:
—¿Dónde está ese estúpido, hijo de perra, del gerente? ¡Voy a matarlo!
El público se puso de mi parte y empezó a patear y a aplaudir, mientras que aquel idiota seguía hablando acerca de las bellas cualidades del local. Sin embargo, se interrumpió de pronto cuando el público empezó a abuchearlo. Pasó un rollo entero antes de que la risa volviera a su cauce. En tales circunstancias, me pareció que la película iba bien. Durante la escena final noté que Einstein se secaba los ojos: una prueba más de que los sabios son unos incurables sentimentales.


Al día siguiente salí para Nueva York, sin esperar las críticas, pues estaría allí sólo cuatro días antes del estreno. Cuando llegué descubrí, horrorizado, que no habían hecho casi ninguna publicidad a la película, aparte de un anuncio superficial: «Nuestro viejo amigo vuelve entre nosotros», y otras frases sin relieve. De modo que le canté las cuarenta a nuestro equipo de la United Artists:
—No importa el sentimiento; hay que darles información. Vamos a estrenar en un local que no es de cine y que está lejos del centro.
Puse anuncios de media página, alternándolos todos los días en los periódicos más importantes de Nueva York, diciendo con letras de gran tamaño:

CHARLES CHAPLIN
EN EL
TEATRO COHAN
EN
LUCES DE LA CIUDAD
CONTINUA, DURANTE TODO EL DÍA. LOCALIDADES: 50 CENTAVOS Y 1 DOLAR

Me gasté treinta mil dólares extra en publicidad. Después instalé un anuncio luminoso en la parte delantera del teatro, que me costó otros treinta mil dólares. Como quedaba poco tiempo y teníamos que darnos prisa, permanecí toda la noche levantado, comprobando la proyección de la película, decidiendo el tamaño de la imagen y corrigiendo la distorsión. Al día siguiente convoqué una rueda de prensa y expliqué por qué y cómo había hecho una película muda.
El equipo de la United Artists tenía sus reservas acerca de los precios que había puesto yo a las entradas, pues los señalaba de un dólar a cincuenta centavos, mientras que todos los cines importantes de exclusiva sólo cobraban ochenta y cinco a treinta y cinco centavos, y esto con películas habladas y otras atracciones. Mi razonamiento se basaba en el hecho de que era una película muda, y esto exigía la elevación de los precios, y que si al público le interesaba ver la película no le detendría la diferencia entre ochenta y cinco centavos y un dólar. De modo que no hice la menor concesión.

El día del estreno de la película todo marchó muy bien. Pero los estrenos no prueban nada. Era el público corriente el que contaba. ¿Le interesaría una película muda? Estos pensamientos me tuvieron sin sueño durante media noche. Sin embargo, por la mañana fui despertado por mi agente de publicidad, que entró como una tromba en mi habitación, a las once, gritando con excitación:
—¡Chico, lo has conseguido! ¡Qué éxito! Hay una cola que da la vuelta a la manzana desde las diez de la mañana y que está interrumpiendo el tráfico. Diez agentes tratan de mantener el orden. La gente está luchando por entrar. ¡Y tenías que oírles chillar!
Una sensación de aflojamiento y de felicidad me invadió; mandé que me trajeran el desayuno y me vestí.
—Cuéntame dónde se han reído más —le dije.
Y me hizo una minuciosa descripción de dónde se habían reído más, retorciéndose con las carcajadas y gritando a todo trapo.
—Ven a verlo por ti mismo —me dijo—. Esto te sentará bien.
Me sentía reacio a ir, pues nada podía superar ya su entusiasmo. Sin embargo, presencié media hora de proyección, permaneciendo de pie entre el gentío en la parte de atrás del teatro, en medio de aquel ambiente intenso, interrumpido continuamente por frecuentes estallidos de risa. Aquello fue suficiente. Volví satisfecho y di rienda suelta a mi sobreexcitación paseando por todo Nueva York durante cuatro horas. De vez en cuando volvía a pasar por delante del teatro y veía la larga fila continua que daba la vuelta a la manzana. La película obtuvo el elogio unánime de la crítica
.

En un local de mil ciento cincuenta asientos hicimos ochenta mil dólares de taquilla durante tres semanas. Nos seguía la Paramount, con tres mil asientos, proyectando una película hablada y con Maurice Chevalier en persona, pese a lo cual recaudó sólo treinta y ocho mil dólares en esa misma semana. 'Luces de la ciudad' se mantuvo en el cartel doce semanas, produciéndonos un beneficio neto, después de todos los gastos, de más de cuatrocientos mil dólares. La única razón de que la retiraran fueron las exigencias de los circuitos de distribución de Nueva York, que habían alquilado la película a un buen precio; no querían que se proyectara demasiado antes de que llegara a sus respectivos circuitos.

Ahora tenía yo intención de ir a Londres para estrenar allí 'Luces de la ciudad'. Mientras estuve en Nueva York vi muchas veces a mi amigo Ralph Barton, uno de los directores del New Yorker, que acababa de ilustrar una nueva edición de los Cuentos droláticos, de Balzac. Ralph tenía sólo treinta y siete años, era un hombre muy culto y excéntrico, que había estado casado cinco veces. Se quedó muy deprimido por el último matrimonio e intentó suicidarse, tomando una dosis excesiva de no sé qué cosa. Le propuse que viniese a Europa como invitado mío, pues el cambio le beneficiaría. Así, pues, embarcamos los dos en el Olympic, el mismo barco en que había ido a Inglaterra en mi primer viaje.