Habia una vez un guionista a quien se le ocurrian siempre las mejores ideas en plena noche y, cuando se despertaba por la mañana, no conseguia recordarlas; finalmente, se dijo: "Voy a colocar una hoja de papel y un lapiz al lado de la cama y cuando se me ocurra una idea, la podre escribir". El individuo se acuesta y, naturalmente, a mitad de la noche, se despierta con una idea formidable; la escribe rapidamente y se vuelve a dormir tan contento. A la mañana siguiente se despierta, y al principio se olvida que ha copiado la idea. Esta afeitandose y se dice: "Ah, bueno, se me ha ocurrido una idea formidable esta noche, pero ahora se me ha olvidado. ¡Ah, es terrible...!, Pero si no mal recuerdo, la he escrito en un papel". Se dirige rapidamente a su dormitorio, coge el papel y lee: "Un chico se enamora de una chica".
No hay comentarios:
Publicar un comentario